31 de agosto de 2015

Chitalo, El Heredero


- in Artículos, Locales
505
0


DSC04765
José Antonio Moreyra para Actualidad esquina
Él es un personaje de nuestro pueblo, lo conozco desde los tiempos de juegos de carreras en zambullida cuando  ganaba a todos los del barrio, de los campeonatos de fútbol que jugaba descalzo sin cansarse. Ya entrado en años,  ahora, me impresiona su ductilidad para vivir siempre de lo que le da el río, solo montado en una carpinchera que no hunde ni la peor de las tormentas del Paraná. Guía turístico sin ser muy letrado, carpidor y dueño de cientos de oficios que hoy casi nadie quiere hacer. Tiene todas las habilidades de nuestros ancestros indios, conoce del tiempo, petiso, bien morrudo como los guayquiraroes, igualito  hasta su pelo y su rostro. Nació allí, por eso, le decimos el heredero.  
Es amigo del barrio y compartió siempre todo, pero  estuvo con nosotros nomás, nunca le preguntamos nada  y una tarde en la galería del descanso de otros trabajos, se me ocurrió prender el grabador luego que me trajera una boga de regalo y preguntarle sobre su vida.
P: ¿Cuántos años tenes y adonde fuiste a la escuela?
R: No, no me acuerdo bien, soy de Diciembre pero no sé de qué año. Sé que tengo 66. En realidad no me mandaron nunca a la escuela, no sé leer ni escribir. Yo siempre quise ir. Desde chico empecé a trabajar.
P: ¿A qué edad empezaste y qué hacías?
R: Desde chico, a los siete años, en el algodonal y el maizal, espantaba los loros y juntaba 18, 20, 30 kilos de algodón depende de la hora que empezaba. Toda mi vida fue trabajo nomás. Me criaron en Guayquiraró, hace poco conocí a mi verdadera madre.
P: ¿Cuándo se inicia tu contacto con la isla?
R: Desde Gurisón, la isla no tiene para mí secretos, conozco todo, ni tengo miedo soy buen nadador como un carpincho. Zambullo más de 20 metros, yo nico no fumo. Trabajé en destronque, animales. Casi toda mi vida fue en la isla. Hasta conozco los negritos del agua. Son chiquitos, parecidos a un mono, viven en las barrancas y cuando crece el agua salen y se van. No molestan, ni son peligrosos. Son negritos,  negritos, pero chiquitos nomás, sin vestimenta, así nomás andan como buen cristiano. Los vi dos o tres vueltas. Vi muchas aparencias, de algunos ahogados y a veces toman forma de yacaré o carpincho, no le entra la bala. Parecía que le mataba pero luego me acercaba y quedaba la catinga nomas y a lo lejos sentía como se escapaba. Yo nunca nada, aparecían pero ni miedo que le tengo. Sé pescar con caña, con la fija ja, ni te cuento. En mi canoita atropello a la tormenta y ni me caigo, marejadas de cuatro cinco metros le cruzo. A pala nomas le cruzo, ni que remo…no…Me gustan mucho el sábalo, el armado y el amarillo, de los otros estoy aburrido. Todos los turistas me buscan.
P: ¿De eso vivís?
R: De los turistas que hago pasar y de la venta de pescados, conocí a los churrinches. Ellos carneaban vacas y vivían de eso.
P: ¿Tus hijos van a la escuela? ¿Te molesta o dificulta no saber leer o escribir?
R: Ellos sí, si yo no aprendí, ellos tienen que aprender, no ser como yo. (Pausa) Toditos me conocen, soy honrado, vivo del trabajo, no saben mi nombre me conocen por mi apodo nomas. Todos me buscan, tienen confianza. Mi nombre es Agustín Rodríguez, pero me dicen Chitalo, desde chiquito, ni sé que significa. Todos conocen mi casa. A veces lo buscan a Agustín Rodríguez, pero la gente dice nooo con ese no, queremos sali con Chitalo. Nadie conoce mi nombre. Soy el mismo (Pausa emocionado)
P: ¿Sos de algún partido político?
R: Soy peronista, pero de antes… a mí me gusta Perón.
P: ¿Qué pensas de la vida, cuáles son tus preocupaciones?
R: De la vida nada, solo no quiero perder el trabajo y la pesca, siempre trabajé, nunca pasé hambre. No perdí las fuerzas, no tengo enemigos. Nunca tuve problemas con la policía, al contrario, me quieren mucho. Antes valía la plata, ahora no vale nada, no sirve para nada, solo me alcanza para el qué comer y algunas otras cositas. Algo me ayuda el sueldo de los siete hijos que cobra mi mujer, el lunes tiene que ir a cobrar, está crecido y hay pocos pescados.
Ahora hago trabajitos livianos, mucho e ma ya trabajé. No tuve descanso, ni domingo. Desde chico me tenían así, con arreador, no era fácil antes con un trenzado del ocho a buscar lecheras en pata con la helada, mi dedo gordo colorado jaja. Me tenían de aquí para allá, no es como ahora, me trataban mal demá.
Ahora hacen desastre, todo está mal, la droga, el que no le mata al padre, mata la tía. Mis hijos ni a los bailes van, ni que van a estar de balde en las esquinas fumando droga. Noooo, no les pego, pero los controlo y me respetan. Son trabajadores. Nada de tomar alcohol por ahí, nada. Todo el problema de ahora es la droga. La mala crianza. Ahora ni a los bailes se puede ir, se enloquecen todos y siempre hay problemas. Con mis padres de crianza estuve hasta los 19 años, no le tengo bronca, me educaron en algo, pero no eran fácil. Yo dormía en el piso de tierra arriba de un cuero pelado, como perro. Me fui de bronca a vivir solo. Me fui a vivir a Rosario pero extrañaba, el río, los pescados, nuestro pueblo. Me vine nomás, no me hallaba.
P: ¿Alguna vez hablaste con alguien así?
R: Nunca.
La tarde se fue con Agustin Rodríguez (Chitalo), me dejó parte de su vida en escuetas respuestas,  luego de pedirle permiso para publicar la nota en Actualidad Esquina.Preguntándome eso sí,  la cantidad de historias que deben existir en hombres parecidos a Chitalo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario