19 de septiembre de 2019

Quimi Tognola: Algo más queremos saber: “El barco corsario del peronismo”

“Patente de corso” se decía  de aquellos navegantes que tenían autorización de sus coronas para saquear barcos en tiempos de guerra y llevaban junto a su insignia el pabellón de su gobierno, se llamaban corsarios, y entre los más famosos están  Drake, Morgan, Cumberland, Barbanegra del imperio inglés, Laffite francés o Barbarroja del imperio Otomano, sin embargo se los identifica también con los piratas, que no tenían relación alguna con los imperios y que saqueaban barcos de cualquier nacionalidad en beneficio propio.
El error consiste en que, en la práctica, ese límite difuso, en tiempos violentos, hacía que unos y otros saquearan en beneficio propio. Solo que los corsarios argumentaban que lo hacían en nombre de la corona.
Todo esto viene a cuento para describir como la Argentina  viene siendo saqueada por piratas y corsarios desde el golpe de 1930 en adelante.
Los piratas, más desprolijos, fuera de toda legalidad, vendrían a ser los militares, que con el argumento de la debilidad institucional del país, interrumpieron una y otra vez los gobiernos democráticos, con los resultados que todos conocemos.
Los corsarios, no menos autoritarios y violentos, vendrían a ser los gobiernos peronistas, que con la misma desaprensión asolaron esta tierra, pero bajo el paraguas de la legalidad del voto popular, y con los mismos resultados, con el canto de sirena del falso  progresismo, no solo robaron todo lo que había en las bodegas de esta gran Nación, sino que quemaron las esperanzas y los sueños de millones de compatriotas agotando la posibilidad de un futuro, mientras los embriagaban con el opio de los mitos y relatos de las “20 verdades”, mientras apuntaban  sus cañones para debilitar la calidad institucional del país, avasallando la justicia, apretando a la prensa independiente y coaptando los sindicatos y las entidades de derechos humanos, para convertirlos solo en instrumentos de manipulación política.
 Y lo hicieron en su barco corsario, con banderas piratas, surcando los mares en cualquier dirección, la única brújula que reconocen es la del poder, no importa en qué  punto cardinal se encuentre, atracaron en el puerto neoliberal del Menemismo, desguazando el Estado con las privatizaciones, viraron a babor, y pusieron la proa rumbo al socialismo bolivariano del siglo 21,que hizo pelota Venezuela, arrasando con cuanta Institución o Ley encontraron en el camino y en los  años setenta nos embarcaron en la violencia irracional de su motín a bordo, entre los filibusteros de izquierda que mataban y secuestraban en nombre del pueblo y la siniestra Triple A , con la derecha sindical que de la mano del general quería “exterminar” el monstruo que había creado desde el exilio y que ya no podía manejar.
Esta flota bucanera  que lleva como nave insignia al peronismo, con su tripulación de marxistas, neoliberales, populistas, fascistas, ortodoxos, abortistas, anticlericales, chupacirios del Papa, sindicalistas mafiosos y que han surcado los mares del neoliberalismo, del fascismo y del populismo sin vergüenza ni costo político alguno, está empeñada desde hace 70 años, de la mano del partido militar y de un golpe de estado, nos viene arruinando sistemáticamente la  vida a los argentinos dejando el país al borde del abismo cuando gobiernan, y entorpeciendo los gobiernos de cualquier signo,  cuando están fuera del poder con su banda de sindicalistas mafiosos, gobernadores feudales, narcotraficantes, banqueros y empresarios inescrupulosos, y con la impunidad de saberse intocables porque gozan  del indulto vitalicio de un pueblo indolente sin ningún principio republicano y solo preocupado por recibir algunas migajas del banquete que siempre se da la burocracia peronista.
Con los recursos humanos, naturales, geopolíticos y culturales que hicieron historia en el siglo pasado  atravesaríamos por décadas  un mar calmo de desarrollo y prosperidad, si no se hubiesen cruzado en nuestro camino los barcos corsarios del  peronismo que hundieron para siempre en el mar del autoritarismo y la corrupción los sueños y las esperanzas de millones de compatriotas.