12 de noviembre de 2015

Instalan un radar meteorológico de producción nacional en Las Lomitas




Formará parte del “Sistema Nacional de Radares Meteorológicos”, se terminó de instalar en la localidad formoseña de Las Lomitas, con una inversión superior al millón y medio de dólares, informaron las autoridades provinciales.

Es el primer radar meteorológico de producción argentina y permitirá mejorar los pronósticos de lluvias y caída de granizo

La instalación se completó ayer por la tarde en inmediaciones de esa localidad, ubicada a unos 400 kilómetros al oeste de la ciudad de Formosa.

El ministro de Economía provincial, Jorge Ibáñez, dijo al respecto que “se trata del primer Radar Meteorológico Argentino, diseñado y fabricado por el Invap con una inversión superior al millón y medio de dólares, que permitirá mejorar los pronósticos de lluvias y caída de granizo”.

“Se trata de un radar con una tecnología similar a la de los más modernos de origen importado que tiene actualmente el Servicio Meteorológico Nacional. Es un radar polarimétrico, que transmite en dos polarizaciones, por lo que de acuerdo a la forma y la orientación con que vuelve la onda se puede saber si el objeto es alargado en forma horizontal o vertical”, explicó.

En ese sentido, Giorgio Caranti, doctor en Física del Laboratorio de Atmósfera de la Universidad Nacional de Córdoba, que supervisa este proyecto y las obras de instalación de un equipo similar en la provincia mediterránea, comentó “que los meteorólogos podrán saber por la forma si los objetos que detecta el radar son gotas de agua asociadas a lluvia, granizo, nieve, cristales de hielo o polvo”.

Por su parte Luciano Vidal, investigador principal del Departamento de Investigación y Desarrollo del SMN remarcó que “utilizando el radar es como hacerle una radiografía a la nube”, ya que “se pueden identificar los distintos fenómenos dentro de una nube y se pueden especificar mejor los alertas” sobre todo cuando “la tormenta que se está observando tiene un riesgo grande de producir granizo”.

Además de distancia y forma, como el radar es doppler “se puede medir la velocidad con la que se mueven los objetos que están en el aire”.

Los especialistas agregaron que además del servicio de pronósticos, el radar permitirá “actividades de investigación científica” y brindará “mayor seguridad a la aeronavegación” por su capacidad para “advertir cortantes de viento en aeropuertos”, situaciones en las que “el aire se mueve como en capas que se desplazan en distintas velocidades” que pueden afectar el despegue y aterrizaje de los aviones.

Por una ilusión óptica, creyó haber perdido 550 ovejas




Los ovinos se “camuflaron” entre el pasto y la nieve. Esto hizo que no estuvieran a la vista de su dueña, una granjera canadiente. La mujer sacó una foto del lanudo truco y la compartió en Twitter. Mirá


Flor de susto se llevó una granjera canadiense cuando, en un paseo matinal por el campo, no encontró a sus 550 ovejas.

Sin embargo, se trató de una suerte de ilusión óptica, ya que los ovinos sí estaban, pero camuflados

Este es el panorama con el que se encontró Liezel Kennedy, de la región de Saskatchewan.





PARAJE RINCÓN DE SARANDI FESTEJA EL DÍA DE SU PATRONO

PARAJE RINCÓN de SARANDI FESTEJA EL DÍA DE SU PATRONO . SAN ROQUE GONZALEZ- MARTES 17 DE NOVIEMBRE de 2015 -- Orario de comienzo
05.30 hs Rosario de la Aurora
10.30 hs Bautismo y Misa
12.30 hs Almuerzo Comunitario
16.00 hs Procesión y Misa ...
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Vuelos de libertad: el regreso de los guacamayos a los cielos de Corrientes




La especie estaba extinta en el país desde hacía 200 años, pero gracias a un programa de cría en cautiverio siete ejemplares fueron reintroducidos en los esteros del Iberá

ITUZAINGÓ, Corrientes.- Eran las 15 de una jornada agobiante cuando más de un centenar de personas reunidas en el camping de Monterrey, un área de pastizales con islas de montes, ensayó un silencio ritual. Observaban la apertura sigilosa de una puerta lateral de un jaulón, donde desde hacía un mes se aclimataban siete guacamayos rojos. Criados en cautiverio, estaban a punto de ser liberados en el portal Cambyretá, el acceso norte a los esteros del Iberá. Con esa simple acción, Corrientes se convirtió en la primera provincia argentina en reintroducir una especie extinta en el país desde hacía 200 años.


Sucedió gracias a una sinergia entre el Conicet, centros de recuperación de fauna y zoos del país, el estado provincial y la ONG Conservation Land Trust (CLT), que, junto al aporte de un donante noruego, crearon una red de cría ex situ de guacamayos rojos (Ara chloropterus). Los primeros ejemplares, monitoreados por radiocollar, pueblan ya los bañados correntinos, mientras que otros seis esperan su turno de liberación. Esa red abastecerá a razón de diez aves por año en un inédito programa de reintroducción, trazado a cuatro años, para consolidar una población estable de esos pájaros perseguidos y exterminados en el país.

"Para cualquiera involucrado en la conservación de la biodiversidad en el mundo, éste es un momento histórico e inaugural", dijo Gustavo Costa, presidente de Aves Argentinas.


Los guacamayos rojos, así llamados aunque en su plumaje combinan también el verde y el azul, se extinguieron en el país por varias causas: los pueblos originarios los cazaban para utilizar su plumaje y consumir su carne, los europeos los traficaron de forma indiscriminada y los locales continuaron con su extracción hasta diezmar la especie, que hoy sólo sobrevive en la Amazonia y en el pantanal brasileño.

Provenientes del zoo de La Plata y del centro de fauna Aguará, en Paso de la Patria, la bandada ya se había cohesionado como grupo y consolidado en sus lazos afectivos, forma excluyente para la supervivencia en su hábitat. Luego de la cuarentena de rigor, trasladados de distintos puntos del país, fueron reeducados en una nueva dieta de frutos del monte y semillas. Sólo restaba poder controlar sus comportamientos ante "un suceso traumático" y paradojal como era pasar del cautiverio a la libertad. Nunca habían desplegado sus alas más allá de los cuatro metros, la altura que les permitía su recinto.

Cuando la roldana finalmente abrió la puerta lateral se escucharon estruendosos graznidos y las vocalizaciones de su lenguaje cifrado. Cautelosos o desconfiados, demoraron unos 20 minutos hasta que la primera pareja, en un vuelo desaforado y sincrónico, abandonó para siempre su encierro. Otra los siguió minutos después. Y una tercera, aunque esta vez conformada por dos machos.