11 de abril de 2013

Preparen sus deseos: habrá lluvia de estrellas fugaces Estrellas fugaces

El cielo argentino recibirá a partir del lunes a las Líridas, una de las lluvias de estrellas más espectaculares del año.

La leyenda cuenta que el cielo es la morada de los dioses y las estrellas el alma de las personas. Según el relato bíblico, cuando nació el Niño Jesús los Reyes Magos vieron brillar su estrella en el Oriente, y allí brotó la idea de que los atros brillantes representan un nacimiento. Donde cae, será la tierra en la que el niño nacerá. Además, se afirma que si se pide un deseo durante su transcurso, el sueño con seguridad se cumplirá.
Más allá de las supersticiones, son tiempos de deseos. Desde el lunes 15 y hasta el 25 de abril, tendremos la oportunidad de disfrutar de la gran lluvia de estrellas fugaces Eta Líridas; un acontecimiento impredecible en cuanto al número de meteoros por hora que se puede ver cada año.
Con una media de 18 meteoros por hora, que en ocasiones pueden llegar al máximo de 200 (como sucedió en 1982), está considerada, junto a las lluvias de las Perseidas, Leónidas y Cuadrántidas, como una de las más espectaculares del año. El radiante de las Líridas (lugar del cielo de dónde parecen partir los meteoros) se produce en la constelación de la Lyra, muy próxima a la estrella Vega. Para nuestro hemisferio austral dicha constelación aparece en el horizonte noreste a partir de las 2 de la madrugada.
Recomendaciones para la observación
Se aconseja estar alejado de las luces de las ciudades, para tener una mejor observación y poder visualizar también las estrellas fugaces más débiles. Además, se sugiere no mirar siempre hacia la constelación de Lyra, ya que los astros aparecerán por todo el cielo. Si se alejan de las zonas urbanas, se recomienda llevar una linterna de luz roja, ya que con esta luz se evita el deslumbramiento.
Por otro lado, los meteoros de esta lluvia suelen ser brillantes y de velocidad moderada, ya que entran en la atmósfera a unos 175.000 km/h. Las estrellas se hacen visibles en una primera toma de contacto con la atmósfera a 100 km de altura y suelen desaparecer cuando alcanzan los 50 km de altura.



Jueves, 11 de abril de 2013





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