Nuestros cuerpos hacen un excelente trabajo al tratar de mantenernos siempre sanos. Esto no quita que algunos de sus métodos para lograrlo puedan resultar un poco asquerosos.
Si no sos médico, biólogo o algo parecido, probablemente no sepas con exactitud todo lo que hace tu cuerpo para que vos puedas levantarte todos los días de la cama y vivir tu interesantísima vida con normalidad.
Quizás es preferible no saberlo, ya que algunas de sus funciones pueden resultar poco aptas para estómagos sensibles. Estas son algunas de las cosas que están sucediendo en tu cuerpo mientras lees esta nota:
1. UNA GRUESA Y PEGAJOSA CAPA DE MOCO ESTÁ SIENDO SEGREGADA
Si bien asociamos la mucosidad con los estornudos y el resfrío, en realidad la producción de este fluido es constante y normal. De hecho, una serie de membranas se encargan de generar alrededor de un litro de moco por día, que sirve para atrapar agentes infecciosos que tratan de entrar a tu cuerpo. Además, evita la deshidratación de órganos como los pulmones y funciona como lubricante de otros como el esófago y el colon.
Ya lo sabés. Ahora, la próxima vez que te lo encuentres en una carilina, dale las gracias.
2. TU DESAYUNO ESTÁ REALIZANDO UN LARGO VIAJE
Esas medialunas que comiste a la mañana, —o la milanesa con puré que almorzaste— viajan hacia tu estómago, donde los jugos gástricos las desintegran. Pero el fascinante viaje digestivo no se detiene aquí. Después de eso, la comida semi digerida se abre paso a través de los 7 metros (en promedio) que mide tu intestinos, para finalmente llegar a su meta... ¿Hace falta explicar cuál es?
3. MILES DE ÁCAROS SE ESTÁN REPRODUCIENDO EN TUS PESTAÑAS
De acuerdo con la National Geographic, existen dos especies distintas de ácaros que suelen establecer sus hogares en el área facial. Esto quiere decir que llevan una vida entera alimentándose, trepando, paseando y reproduciéndose, literalmente, frente a tus narices.
¿Pensaste al besar a alguien, acariciás también a los habitantes de su rostro?
4. GASES INFLAMABLES SE ESTÁN ACUMULANDO EN TU INTERIOR
Todos estamos familiarizados con ellos... ¿Pero alguna vez te preguntaste de qué están compuestos? La mayoría de los gases intestinales son una mezcla de nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono e hidrógeno (inflamable) y, en algunos casos, de metano (también inflamable).
Si estás medio complicado, alejate de los fósforos.
5. EN TU GARGANTA, PEQUEÑOS CADÁVERES SE ESTÁN MEZCLANDO CON DESPERDICIOS
Tus amígdalas —si todavía las tenés— están llenas de pequeñas hendiduras. A pesar de los mayores esfuerzos de tu sistema inmunitario por evitarlo, estos espacios suelen llenarse de bacterias, moco y células muertas.
La mayor parte de la gente tiene una cantidad aceptable de "escombros" acumulados en sus amígdalas. Los menos afortunados, sin embargo, desarrollan una suerte de cálculos o piedritas, que no son otra cosa que más grandes y duros depósitos de restos de este tipo.
6. CIENTOS DE GLÁNDULAS ESTÁN SECREGANDO SALIVA EN TU BOCA
Hay tres pares de grandes glándulas salivales en tu boca: las parótidas, las sub mandibulares y las sublinguales. Además, existen cientos de glándulas salivales de menor tamaño. Este equipo trabaja el incansablemente para producir entre 1 y 2 litros de saliva fresca por día, que tu cuerpo usa para desintegrar las partículas de comida al inicio de la digestión.
7. TU BOCA SE ESTÁ PREPARANDO PARA ABRIRSE INVOLUNTARIAMENTE
¡¡¡Puede suceder en cualquier momento!!!... Tranquilo, nos referimos al bostezo. ¿Sabías que es tan contagioso que simplemente escuchar hablar de él o leer al respecto, puede hacerte bostezar? Sabemos que te están dando ganas...
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