10 de septiembre de 2014

De la inseguridad al vandalismo

Prof. José A. Moreya para Actualidadesquina.com
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En Esquina el tema fue soslayado periodísticamente en forma mayoritaria a excepción de Actualidad en Impacto y uno que otro canal. La justicia y la policía, si bien no tienen la obligación de dar información, tampoco han llevado tranquilidad con respecto a las disímiles  conjeturas que existen sobre el particular. La conmoción está instalada pese a que exista silencio de radio hasta de dirigentes políticos encargados y responsables  de la seguridad.
Los titulares capitalinos son catastróficos, no por sensacionalismo, sí, por haber tomado real conciencia de lo que significa este hecho inédito. Ya tenemos que hablar  de vandalismo, por los motivos que sean. Y es el primero en la Provincia. Por tercera vez.
 En Esquina el estupor se lee en las redes que son libres y no maneja nadie, en la calle en las diferentes expresiones y el resto mutis. Las radios capitalinas, difunden los estremecedores relatos de los dueños de los autos quemados y tal como sucedió con el avión secuestrado hace tiempo, el auto quemado con perros en su interior, la toma de rehenes (primeros en la Provincia también)  y reiterados hechos de menor valía junto a continuos y permanentes accidentes, dan la razón al vaticinio del especialista en Seguridad Ciudadana Dr. Miguel Barrios…” si no se toma el tema en serio, vamos hacia situaciones peores.” Colocar unas pocas cámaras en el centro, si bien en algo ayuda, no es la panacea. Se relativizan los hechos y se navega sobre otras acciones que si bien pueden ser importantes, o no, no son urgentes y vitales como el manejo de esta situación en concreto. Una forma de maquillar la realidad.
A mi modesto entender, creo que es necesaria la creación de un “Comité de Crisis” pero futbolísticamente hablando “no un rejuntado”, sí “un seleccionado” con personas especialistas en la materia. Que la improvisación se convierta en una norma en Esquina, es quizás tan, o más peligroso que la quema de coches. Otro aspecto negativo es que nos acostumbremos a convivir de sobresalto en sobresalto.
Hay que llamar a las cosas por su nombre, son hechos vandálicos, por imitación, venganza, ajuste cuentas como quieran llamarlo. Drogadicción, falta de control etc.  Lo determinaran, o no, alguna vez.
No son solo cuatros autos quemados, puede haber una proyección inusitada si no se detiene a nadie, peor sería si los que caen son perejiles como ya lo sugieren versiones callejeras que pueden tener o no veracidad. Un periodismo amordazado por venalidades tampoco es bueno, pues realizan comparaciones con otros países, hablan como si fuera hecho por personas “que no están en su sano Juicio” “No son de Esquina” “Por algo lo habrán quemado” Esto “no tiene connotación política”. Tratando de tapar una realidad innegable, esto va más allá de un hecho aislado de inseguridad y demuestra el fracaso de las políticas implementadas en la localidad. “Una noche de furia” afirman algunos pseudo analistas radiales, defendiendo a quien le sindica que todo está bien. Constituye el hecho, algo de una gravedad extrema por más que lo minimicen. Sin dudas, y la gente lo sabe.
El vandalismo es la acción violenta, injustificada  e inadecuada dirigida a la posesión de los demás. No debe tomarse como una acción aislada, esto es resultado de…multiplicidad de factores. Los entendidos en la materia son los que van a tener la última palabra. Mientras, tratemos de no esconder la basura bajo la alfombra y menos llegar a la quimérica afirmación que esto no es un hecho con vinculaciones políticas. A lo sumo de falta de políticas de estado, o demoradas las mismas,  por la no toma de conciencia o quizás la misma imposibilidad de trabajar en red con datos estadísticos y con resultados concretos donde se visualicen culpables, alguna vez. Lo único real, es que estamos en todos los diarios capitalinos con títulos catástrofes, y nosotros lo tomamos como si fuera un incendio de pastos. Esto incluye a la comunidad también por la falta de exigencias a la hora de peticionar ante sus autoridades. ¿Qué vamos a esperar? Hemos cruzado el límite, Alea jacta est (La suerte está echada) dijo Julio César al cruzar el Rubicón  y estamos todos en esto,  con distintos grados de responsabilidad. Jugados.

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