La candidata presidencial de Progresistas, Margarita Stolbizer mantuvo una conversación telefónica con actualidadesquina.com
Escuchar audio“Lo más importante en democracia es el pluralismo y la diversidad; Argentina tiene que salir del clima permanente de confrontación para ir hacia una cultura de diálogo y cooperación; no se puede discutir de fútbol sino se discute el poder; detrás de la disputa de poder hay violencia y drogas”, reflexionó Stolbizer.
La Argentina está próxima a cumplir 10 años con una inflación de dos dígitos, y en los últimos 5 se ubicó persistentemente por encima del 20%. En un mundo de baja inflación, la Argentina ostenta el triste récord de ubicarse, junto a Venezuela, en el podio de los países con mayor inflación de todo el mundo.
La alta inflación es un verdadero flagelo que tiene múltiples impactos sobre la economía, pero indudablemente son los sectores carenciados los que más la padecen: cada punto porcentual adicional de inflación genera 70.000 nuevos pobres en la Argentina. Por esta razón, un gobierno veraderamente progresista no puede hacerse el desentendido en materia inflacionaria, y la lucha contra la elevada inflación debe ser una verdadera prioridad de la política económica.
El actual gobierno parece contentarse con la desaceleración de la inflación, que pasó del 36% en 2014 al 26% en la actualidad. Es inadmisible conformarse con semejante nivel inflacionario (que más que cuadriplica al promedio de los países vecinos), debemos establecer un objetivo claro y razonable en materia de reducción persistente de la inflación: llegar al año 2019 con una inflación de un dígito.
Ejes
Implementaremos un programa macroeconómico integral orientado a resolver el problema de la alta inflación y las distorsiones de los precios relativos que la acompañan en el marco de un plan de desarrollo de mediano y largo plazo. Para ello se coordinarán los instrumentos de política monetaria, cambiaria, fiscal y de ingresos de manera consistente y sustentable.
No todos se perjudican con la alta inflación. El gobierno de turno es el principal beneficiario, ya que el “impuesto inflacionario” representa una fenomenal fuente de recursos: hoy es la cuarta fuente de ingresos, por detrás del IVA, la Seguridad Social y el Impuesto a las Ganancias. Así, el gobierno se financia a costa de los sectores de menores ingresos, que son los que más sufren la inflación. Por eso el programa anti-inflacionario será la prioridad Nº1 de la política conómica en el corto plazo.
Los objetivos intermedios son el equilibrio fiscal y el superávit externo. Estos superávit “gemelos” garantizan la sustentabilidad fiscal y externa, le dan solidez a la economía y la vuelven menos vulnerables a los cambios de contexto de la economía mundial.